La primera generación de tarjetas SIM, también conocidas como 1FF o tarjetas SIM de tamaño “tarjeta de crédito”, fueron introducidas por primera vez en 1991 por el Instituto Europeo de Normas de Telecomunicaciones (ETSI). Estas tarjetas SIM se utilizaron en los primeros teléfonos móviles y tenían aproximadamente el tamaño de una tarjeta de crédito, con medidas de 85,60 mm x 53,98 mm x 0,76 mm.
Las tarjetas SIM 1FF estaban hechas de un material plástico rígido y tenían un pequeño chip de contacto de oro en un lado. Este chip contenía información importante como el número de teléfono del suscriptor y las claves de seguridad de la red. El otro lado de la tarjeta SIM tenía una tira de metal para la conectividad.
Estas tarjetas SIM se utilizaban principalmente en teléfonos GSM y estaban diseñadas para ser fácilmente extraíbles y transferibles entre dispositivos. Sin embargo, debido a su gran tamaño, no eran prácticas para teléfonos móviles más pequeños y eventualmente fueron reemplazadas por tarjetas SIM de formato más reducido.
A pesar de su tamaño, las tarjetas SIM 1FF fueron un gran avance tecnológico en su momento, ya que permitieron el cambio fácil entre teléfonos móviles y redes. También sentaron las bases para el desarrollo de tamaños de tarjetas SIM más nuevos y pequeños, como la mini-SIM (2FF), micro-SIM (3FF) y nano-SIM (4FF).
Hoy en día, las tarjetas SIM 1FF ya no se utilizan y han sido reemplazadas por tamaños de tarjetas SIM más pequeños y eficientes. Sin embargo, jugaron un papel crucial en la evolución de la tecnología de teléfonos móviles y son un testimonio de los constantes avances en la industria de las telecomunicaciones.